¿Es la tecnología una Herramienta? El mito de la neutralidad
Enseñar y Aprender en la sociedad digital
12/28/20246 min read


¿Es la tecnología una herramienta?
Aporte al foro, con ligeras modificaciones, de la Asignatura "Enseñar y Aprender en la sociedad digital".
José Cabrera P.
Un mito poderoso, sin duda, por todas las implicaciones, y solo podré mencionar algunas, es la afirmación de que la tecnología digital es una herramienta. Es usual encontrar esta afirmación desde mucho tiempo atrás. Desde organismos multilaterales, expertos, público, hasta cualquier educador en su blog llama a las tecnologías educativas “herramientas”, asignándoles un sentido neutro, cuyo uso y alcance solo depende de la intencionalidad del usuario, de sus capacidades e intenciones de uso. De hecho, el concepto mismo de usuario parece tan universalizado y naturalizado que todos pareciéramos asumir que entendemos lo mismo de forma inobjetable. En ocasiones encontramos analogías que afirman que una herramienta digital es como un martillo: sirve para poner un clavo y construir una casa, tanto como para golpear y agredir a alguien. Así que solo depende de cómo la use alguien. Esa visión es un concepto naturalizado.
Neil Postman y la crítica a la neutralidad tecnológica
Neil Postman, durante los 80, analista de medios, en una época donde ni siquiera había internet (¡por dios, ¿ese momento existió?!), afirmaba que ningún medio es neutral, que todo medio conlleva su propia agencia de sentido y poder. Mucho antes, en los 60, otro comunicólogo, Marshall McLuhan (1964), muy citado, había afirmado que el medio es el mensaje, y eso marcó una ruta de indagación en la investigación y la cultura popular. Y hay muchos otros precedentes de esa reflexión crítica.
La mente extendida y la cognición humana
La investigación cognitiva y la antropología han destacado la importancia que ha tenido para la evolución cognitiva de la especie humana nuestra capacidad para manipular objetos, crear y construir. Es, para muchos autores, esa habilidad constructora y cooperativa para construir artefactos y símbolos la que ha posicionado a la especie humana en el planeta, con todo lo afortunado, o no, que eso implica hoy. Los objetos, en la teoría de la "mente extendida" (Clark y Chalmers, 1998), otro enfoque cognitivo y filosófico sobre la mente, conciben incluso que los artefactos son extensiones de nuestra cognición, una especie de prótesis cognitiva y simbólica. En esta teoría, la mente no solo está en nuestro cerebro, sino que se extiende en el paisaje que nos rodea, en los artefactos y construcciones que habitamos. Afirma que no usamos los objetos, sino que pensamos a través de ellos, con ellos, o por su intermedio. Solo basta preguntar, por ejemplo: ¿funcionaría nuestra mente igual sin los artefactos de las tecnologías escriturales? Por supuesto, la evidencia es clara: no, definitivamente no.
Tecnologías digitales: dispositivos no neutros
Las tecnologías digitales en el mundo social y educativo no son neutras; son dispositivos complejos, articulados en un ecosistema de objetos, prácticas sociales, organizaciones de poder y supuestos, en formas predefinidas de representar y usar. WhatsApp no es Messenger, hay una cultura Windows y una cultura Mac, hay Android y Apple, Bill Gates es el villano y Steve Jobs el héroe. Cada objeto permite y moldea unas interacciones y no otras. Las herramientas están construidas con una determinada arquitectura que enmarca usos y prácticas, que direcciona estéticas y formas de comunicar, de aprender y suponer al sujeto que interactúa, introduciéndonos en un universo delimitado de representaciones. Por supuesto, hay formas bizarras, y los humanos hacemos usos alternativos, apropiaciones más allá de lo predeterminado, o como afirmaba Umberto Eco (1979) sobre la televisión (también en la época de un mundo monopantalla): “¿El público perjudica a la televisión?”. Era una ironía, claro, para visibilizar la idea de que hay apropiación, mediaciones, complicidades, poderes, contrapoderes y resistencias. Y eso sin duda también cuenta en un universo en que poseemos tecnologías, pero también ellas nos poseen. O mejor: somos con ellas, a través de ellas. “Si no estás en internet no existes”, suele ser una expresión de quienes nos venden la idea del personal branding en la web, de poner tu huella digital para probar que existes. Y suena un poco extraño dicho así, pero es tan convincente ese marketing que te dice que sin esa herramienta no existes.
La herramienta como encarnación de un fin
Y sí, la herramienta encarna intrínsecamente un fin, un sentido. No pareciera que hubiese herramientas que no sean "para algo..." y, si tiene un sentido y un fin, siempre encarnará la intencionalidad de un sujeto: del diseñador inicialmente. Por supuesto, que la controle o no, que logre su finalidad o no, es ya otro tema. Desde luego, hay diversidad de artefactos, físicos y simbólicos, y no todos tienen la misma entidad. Don Norman (2004), un influyente teórico y diseñador, se ha referido al "diseño emocional" de los objetos. Ha trabajado para Apple y Hewlett Packard y ha sido decisivo para sus diseños, y ya sabemos de sus impactos. Las tecnologías digitales hoy son realmente un artefacto de enorme complejidad, que traducen diseños emocionales y cognitivos poderosos, muy diferentes de otras tecnologías más elementales. Quizás eso nos lleve a pensar más aún, de forma crítica, cuánto ha aumentado el poder del diseñador de estas tecnologías, cuánto influyen y articulan nuestro comportamiento. Como decía Yuval Noah Harari en De animales a dioses (2014): "Google sabe más de nosotros que nosotros mismos", y no es una metáfora. Es un repositorio inmenso que sabe qué consumimos, a dónde vamos, cuál es nuestra línea de tiempo, con quién nos relacionamos, qué buscamos, qué necesitamos... Es un mapa inmenso de radiografías nuestras a lo largo del tiempo... Ni qué decir de las otras redes sociales.
Apropiaciones y resistencias tecnológicas
Completamente de acuerdo, y no quisiera dejar el mayor peso de la argumentación sobre la idea de la herramienta digital como poder omnímodo. Más bien creo, en tu línea de reflexión, que es una perspectiva de claroscuros, llena de matices. Los sujetos hacen apropiaciones; los contextos y entornos son mediadores de significado y de prácticas, y eso lo vemos de múltiples maneras. Los hackers, solo por mencionar un ejemplo popular, subvierten con frecuencia las tecnologías, pero también cualquier ciudadano de a pie genera dinámicas de apropiación no previstas por los creadores. Para mencionar un caso: yo, en mi WhatsApp, ahora lo uso como un repositorio organizado de temas y armo grupos de “yo con yo”, es decir, solo para compartirme datos en temáticas organizadas. Pero bueno, hay reutilizaciones y apropiaciones de mayor escala e impacto: resistencias y resignificaciones de usuarios que no son entidades pasivas. Sin embargo, las grandes plataformas mapean con frecuencia qué hacen sus usuarios y reestructuran sus plataformas; sus departamentos de desarrollo son muchas veces toda una "central de inteligencia" y espionaje de sus clientes, por eso los datos son su mina de oro. Es una dinámica que constantemente se equilibra y desequilibra. No podría decirse que sea una batalla justa, que opere uniformemente en todo el amplio espectro tecnológico, ni que los sujetos tengamos poder y control suficiente. Pero sin duda, esa es la lógica del poder: tensiones y conflictos de resignificación.
Tecnología y aprendizaje: un debate multidimensional
Con frecuencia se asume que el aprendizaje se mejora con más información, con más recursos digitales. Por ejemplo, el desarrollo del lenguaje, en su conjunto, se ha asociado a tener mejores soportes mediáticos, desde mucho antes de la web. Las diversas perspectivas al respecto son variadas. Habría que acotar que, del aprendizaje de la lectura como operación multidimensional, se puede, o no, mejorar con una “adecuada” tecnología digital, y eso no lo descarto. Pero la lectura, al igual que los aprendizajes básicos, ocurre en un entorno relacional socioafectivo fundamental, de interacción, de prácticas, con determinados objetos y mediaciones humanas, y eso no solo ocurre con un dispositivo. Por lo demás, cómo entendemos el concepto de aprendizaje es también otro tema controversial cuando hablamos de prácticas y tecnologías, pero bueno, será para otro debate.
Referencias
Clark, A., & Chalmers, D. (1998). The extended mind. Analysis, 58(1), 7–19. https://doi.org/10.1093/analys/58.1.7
Eco, U. (1979). ¿El público perjudica a la televisión? En La estrategia de la ilusión (pp. 171-178). Barcelona, España: Lumen.
Harari, Y. N. (2014). De animales a dioses: Breve historia de la humanidad. Debate.
McLuhan, M. (1964). Understanding media: The extensions of man. New York, NY: McGraw-Hill. (Nota: La frase "el medio es el mensaje" aparece en este libro, no en "The Medium is the Message", que es un ensayo derivado).
Norman, D. A. (2004). Emotional design: Why we love (or hate) everyday things. New York, NY: Basic Books.
Postman, N. (1985). Amusing ourselves to death: Public discourse in the age of show business. New York, NY: Penguin Books
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